viernes, 5 de febrero de 2010

... Otra vez la música...


tu cara enfadada porque no comprende
tus cejas... tus cejas... otra vez tus cejas
los sonidos se sobreponen se matizan como colores
las luces de los pianos encendidos en medio de la hoguera
al Dios musico guitarrista pintor escritor flautista poeta
violinista terapeuta pianista arpista con su infinita pauta
con sus solfas y sus pentagramas
con sus óleos pintados sobre las mañanas
tus ojos... tus ojos... otra vez tus ojos
con Dios musa de musas y creador de creadores
que te esculpió a tí y todos tus sabores
el blues de mi alma esparciéndose con tu mirada
la voz de los estribillos de la montaña
que canta y que canta, que grita y llora
con esa desesperación, ese ograsmo de Altazor
esa incontrolable fuerza de mis entrañas
carcomidas por dentro por tu imagen incesante
tu imagen, tu imagen... otra vez tu imagen
tu imagen conviertiéndose en música de humo
de desaparicion de los temores primarios
que no hay miedo, que no hay libertad que no hay nada mas
que solo existe ese pequeño vibrar de las notas de Dios
Dios artista de artistas, escibiendo las estrellas
describiendo esta pequeña fracción de mi alma
haciendo mover mis dedos incontrolablemente que no paran
el café corriendo por mis venas y mis neuronas
suben y bajan los impulsos nerviosos de mi cerebro
que nacen en mis oídos y es ahi donde terminan
la gloria de ver tu sonrisa desproporcionada
tus manos... tus manos... otra vez tus manos
ese caminar que solo tu haces tocando notas
con la planta de tus pies descalabrados
de tus dedos finos sobre el papel del mundo
dejando impresiones varias y sonidos variados
tus lenguas de tenor menor y de cantor desafinado
tus llamados y el olor del cigarro
el soul que ahora sueño es tu rebaño,
las vibraciones del instrumento de viento
y el otro que no se con que ha sido producido
tus flores de olvido
regando sus colores fuerte e inolvidables
entre los más dolorosos destellos de mis ojos
tu voz desgarrandose a sí misma en sátires extrañas
tu firma aburrida y quimérica
tus dedos, tus dedos... otra vez tus dedos
tus dedos trozos de melon que comer
a un hambriento arbol de panes migajados
a un sediento pozo de agua salada
a una vuelta, a un grito del alma
a un sordo cantor de la alegría
a un artrítico pintor de la vida
a un ciego bibliotecario
a mis autores de vestir
a los que dedicaron sus cantos al agua oscura del cielo
que se aproxima despues del último destello
a mis amigos inconstantes en sus cariños
a mi familia aterrada de tantas palabras
a tí que me miras y que escapas
a la MÚSICA que es mi noche y mi mañana
es mi tarde y es mi mañana
es mi hoy y es mi mañana
es mi nunca y mi siempre
es mi eterna soledad de ponientes trenes
es mi vida y mi glorificat a Dios
es mi único recurso de consuelo
es mi dolor es mi anhelo
es mi poesia mis libros mis quetzales
son mis flores sembradas por otros
es mi lágrima que ahora corre a toda prisa
es este dolor que no se elimina
es este sonido que entra y sale de mi vida
ah... la musica, la musica... otra vez la música.

2 comentarios:

  1. Escribis como una banda sinfónica entusiasmada por un concierto de pensamientos... Yo quiero ser una nota de Dios (en cualquiera de sus sinfonias, de sus silencios, de sus elevacion, de discordancia, de aceleracion...)

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  2. Me encanta, sobre todo la fuerza que transmitís, esa pasión con la que vas recorriendo entero el pentagrama, saltando de género en género, haciendo la mezcolanza entre lo audible, lo visible y lo espiritual.

    Genial. =D

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