Sentía el viento frío de la tarde de Diciembre, quizás esos vientos traerían buenas noticias ¿Quién sabe? Esta época era muy productiva para él. Temblaban de frío sus brazos, se movían como retazos de papel maché a la intemperie. Sus labios estaban resecos... solo quería que los niños empezaran a encender la fogata, mientras se frotaba las manos y desesperado miraba como todos, con sus gorritos de lana y sus abrigos de piel platicaban de demasiadas cosas sin importancia. Algunos fumaban, y deseó poder unirse como siempre. Al fin de uno en uno empezaron a ceder... y comenzó a olfatear con agrado el amargo humo de la combustión, fue sintiendo como poco a poco se entibiaban sus manos y como esa técnica de relajación de Jacobson su cuerpo por completo recuperó la temperatura.
Era solo él el que creaba esos mundos, y pudo por fin compartir la alegría de los niños que danzaban al rededor del fuego. Sentía desvanecerse de esa temporal mascareta de papel y alambre que lo constituyó, y fue integrándose al aire, con una tremenda sonrisa mientras recordaba que al hacer esto, quizá uno o dos ambientalistas se romperían las vestiduras.
Era solo él el que creaba esos mundos, y pudo por fin compartir la alegría de los niños que danzaban al rededor del fuego. Sentía desvanecerse de esa temporal mascareta de papel y alambre que lo constituyó, y fue integrándose al aire, con una tremenda sonrisa mientras recordaba que al hacer esto, quizá uno o dos ambientalistas se romperían las vestiduras.
ya hacia falta un poema tuyo con sabor a diciembre
ResponderEliminarHe estado esperando algo nuevo tuyo. Espero no me dejés con las ganas =)
ResponderEliminarencantador
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