domingo, 17 de octubre de 2010

...

Cuando vayas a misa, nunca te olvides que está permitido doblar el cuello hacia un lado, y quedarte estupefacto buscando detalles en la imagen de la virgen que tienes a un lado o tratar de descifrar alguna de las frases, que las ancianas investidas con un velo de solemnidad, susurran con el rostro oculto. Como cuando eramos niños, que esas cosas nos sorprendían, y guardaban un misterio tal, más humano que divino, mientras nuestros padres, movían los labios para fingir que se sabían el coro dominical.

No hay comentarios:

Publicar un comentario